Al norte del centro de Barcelona, el distrito de Sant Martí era unas de las zonas industriales más dinámicas de la ciudad al principio del siglo XX. Con la perspectiva de los Juegos Olímpicos del 1992, las autoridades emprendieron la remodelación de algunos de sus barrios. Muchas fábricas y talleres fueron derrumbados, sobre todo en la Barceloneta y el Poblenou. Unas cuantas empresas lograron sobrevivir por un tiempo, pero tuvieron que cerrar luego debido a la crisis. La mayoría de estos edificios vacios fueron tapados pero algunos se deterioraron por abandono y falta de mantenimiento, y convertidos en casas okupas o basureros. Aquí está un buen ejemplo de lo que se puede ver aún hoy en día en algunas zonas de Sant Martí.